domingo, 27 de mayo de 2007

¿Cómo vestían los burgaleses en el siglo XIX?

El traje regional femenino a análisis

Vamos a adentrarnos en el siglo XIX. Vamos a ver cómo es el traje regional burgalés. En estas fiestas que se avecinan podremos ver los trajes regionales que, inspirados en la forma de vestir del siglo XIX, visten y adornan las populares danzas burgalesas.
Para sus fiestas Burgos quiso recuperar el traje que antaño utilizaban los campesinos para recrear las tradicionales danzas que se hacen en las fiestas. Pero no se puede decir que haya uno sólo. Existen varios tipos que varían según la zona de la provincia en la que nos encontremos. Además, hay que decir que en la época se hacía distinción entre los trajes de fiesta y los de trabajo. El de trabajo era para el día a día y el de fiesta era el más caro y sólo lo utilizaban para ocasiones especiales, fiestas o los domingos. Aún así podemos definir ciertos elementos característicos que tienen todos los trajes femeninos burgaleses:
Calzado: botas de tacón de carrete o zapatos de trabilla de tacón.
Medias: son azules.

Camisa: es de lino, se cierra en el cuello y tiene frunces tanto delante como detrás que dan holgura. Está abierta por delante y cerrada desde el esternón.
El moño: es de picaporte o de rodete.
Pelerina: es una prenda de abrigo que las mujeres llevaban sobre los hombros y que se cruzaba por el pecho atándose en la parte de atrás.
Aderezos: multitud de collares, aderezos y pendientes largos. La piedra característica era el coral, la plata y los azabaches.
Chambra: es una vestidura corta a modo de blusa con poco o ningún adorno que usan las mujeres sobre las camisas. Es cerrada hasta el cuello y las hay de diversos colores pero el negro es el más abundante.
Delantal: de terciopelo y puede ir del verde oscuro, al negro o al azul marino, depende de la zona de donde sea el traje.
Falda: suele ser roja, ya que ese era el color más fácil de conseguir en el siglo XVIII.
Jubón: es la prenda exterior femenina que cubre desde los hombros hasta la cintura tiene mangas y es ajustado al cuerpo.
Estos son elementos fundamentales del traje de Burgos sin los que el traje perdería el calificativo de burgalés. González-Marrón habla del traje como una tradición olvidada que hay que recuperar fielmente y no dejar a la inventiva ningún elemento por bonito que parezca que puede quedar. Una tradición que comenzaba a perderse por la llegada de la Revolución Industrial cuando el traje sufrió una evolución acelerada debido a la aparición de nuevas maquinarias para la confección de las telas y de nuevos medios de comunicación, como el ferrocarril, que permitieron el contacto con otras culturas.
Una evolución acelerada que contrastaba con la lenta transformación del traje en la historia ya que el vestir de los burgaleses fue cambiando con el tiempo. Desde el siglo XV a Burgos venían arrieros y carreteros que traían mercancías de numerosas partes del mundo y, por ello, la vestimenta de los burgaleses se vio influida por azabaches asturianos, mantones filipinos, cintas de seda natural que adornaron los moños, botones de Francia e Inglaterra e, incluso la chambra francesa para las fiestas. El coral procedía de Cataluña y fue un elemento fundamental del vestir burgalés ya que era una joya que estaba al alcance de todos. Es evidente que no todo el mundo poseía estas joyas, todo dependía de los recursos económicos de cada uno y que, en esta provincia no eran muy ostentosos ya que la economía no daba para tanto.
En cuanto a la evolución de los materiales utilizados, a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX en Burgos había una gran abundancia de lino y lana. Esos eran principalmente los tejidos que utilizaban los campesinos en el vestir y eran manipulados manualmente. En esta época, la forma de vestir de los burgaleses fue más bien sencilla ya que lo que más abundaban eran los labriegos que se preocupaban más por el trabajo que por el lujo y que no tenía demasiados recursos económicos, según cuenta el folklorista burgalés González-Marrón. Concha Madorrán, antes directora de la Asociación de Danzas Castellanas Diego Porcelos y que ahora se dedica a confeccionar trajes regionales en la tienda Nuncy, explica que, entonces, se tejía y se teñía en casa, con colorantes vegetales, y por eso los colores no eran muy variados. Predominaban el rojo y el marrón ya que la lana utilizada provenía de ovejas marrones. Hoy en día, en esta recuperación del traje para los bailes regionales, se intentan respetar los materiales utilizados pero su forma de elaboración fue variando. Aunque se siguen cosiendo a mano en la tienda Nuncy.
Según nos cuenta Anunciación Sauzo (Nuncy), anterior propietaria de la tienda, antes de la Guerra Civil en España se vestía más o menos así en Burgos. Pero después de la guerra, la forma de vestir de la gente fue cambiando y en España había una tendencia general a quemarlo todo, vestidos incluidos. Por ello, algunos que se dedicaron a la investigación, como ella o Concha Madorrán, iban "salvándolos casi por los pelos" de ser quemados.
Con respecto al traje burgalés más conocido, Concha Madorrán nos dice que considera que es un error ya que no se puede decir que haya un solo tipo de trajes regionales en la provincia.Y que sin embargo, creemos que hay un solo tipo de trajes regionales porque la Sección Femenina popularizó e instauró como auténtico un único traje para sus bailes y, con ello, eliminó las variantes que había. Hoy en día, las asociaciones de danzas pretenden recuperar esta variedad, cada una tiene su traje típico procedente de cada zona de Burgos.

EL TRAJE REGIONAL MASCULINO

Estos son algunos de los elementos que no pueden faltar en el traje regional burgalés masculino, tanto en el traje de trabajo como en el de fiesta.
Calzado: Alpargata abierta de cintas o abarca.
Medias: azules o blancas.
Camisa: es de lino o de algodón blanco con pequeñas solapas. Tiene frunces en la parte delantera, en la espalda, en el nacimiento de la manga y en el puño. Es abierta hasta el vientre.
Cubrecabezas: suele ser una boina.
Pantalón: corto hasta cubrir la rodilla. Se cierran cada lado de la cintura y en las rodillas con cuerdas terminadas en borlas o con botones grandes.
Faja: sujeta el pantalón y la camisa. Puede ser negra, azul, roja o blanca.
Alforjas: es un gran bolsillón doble de lana y puede ser de dos colores, blanco y marrón.

OTROS TRAJES POPULARES DE LAS FIESTAS DE BURGOS

Los principales personajes en las fiestas de Burgos son los Gigantillos, los Gigantones y los Danzantes.
Los gigantillos, creados en 1899, que son personajes caracterizados con rasgos castellanos al estilo del Rey Católico y de Juana la Loca. La gigantilla está vestida con jubón abierto, con cuello y maga de terciopelo, una chambra blanca, una falda de colores pardos, un delantal largo, un mantón serrano. Por su parte, el gigantillo está vestido con una capa parda, un sombrero velludo, una camisa blanca y lleva en la mano una vara de fresno.
Los gigantones son siete. Cinco de ellos están vestidos de forma que representen a las distintas razas del mundo y dos de ellos a doña Jimena y al Cid, estos últimos fueron añadidos en 1984 al grupo de gigantones.
Los Danzantes de Burgos están compuestos por doce danzantes que visten al estilo de la corte, tres tetines que representan con su indumentaria al pecado y al demonio (colores llamativos y gorro cónico) y un tetín mayor vestido de azul.

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